Entre más, mejor

Tal y como dice el dicho, “dos cabezas piensan mejor que una, y tres mejor que dos”, también debería haber una analogía parecida con el baile. ¿Quién no ha bailado alguna vez en grupo? Muchas veces este tipo de baile ya viene con una coreografía ya impuesta mediante un videoclip o presentaciones en vivo. Pero tampoco faltan nuestras propias contribuciones improvisadas en medio de una fiesta con un montón de amigos.

Existen ahora muchas academias de baile donde las coreografías son armadas por un profesional o un bailarín con experiencia. Estas son, sin lugar a dudas, más precisas, más coordinadas, pero al igual que cualquier baile de discoteca normal, surgen a partir de lo que hace sentir la música. Tal vez uno es considerado más artísco, puesto que uno es más formmal. Ello resulta obvio, puesto que por el hecho de ser improvisado, el baile que sale de la pachacota tiene igual de espíritu que una coreografía profesional, hasta tal vez más (porsiacaso, sin tomar en cuenta que tanto alcohol se haya consumido).

A diferencia de los bailes en pareja, los que son en grupos transmiten un mensaje de camaradería, es así que la penetración simbólica entre los ritmos musicales será de unidad más que de romanticismo. Un ejemplo claro de esto es el fenómeno de la “Macarena” o también del “Asereje”, bailes que a pesar de no contar con la simpatía de la que escribe esto, fueron un boom en su época y que cuentan con acertados ritmos y notas que hicieron que se pegaran en la mente de medio Perú. Y no podemos olvidar las coreografías de Axe Bahía que denotaban mucha energía y muy en especial alegría pues la música en si , el ritmo y hasta los bailarines eran enormemente carismáticos y alegres , lo cual afectaba también como era recibida y bailada por los jóvenes al momento de bailarlo. Es así que los bailes en grupos también son grandemente significativos. Simbolizan muchas veces compañerismo y alegría y también un entusiasmo por estar coordinado y divertirse acompañado.

“Cuando la disco era cosa seria”