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¡Por Las caderas de Elvis!

Es increíble como cambia la sociedad. Pensar que hace más de 50 años atrás las personas se escandalizaban al ver a un flaquísimo Elvis Presley haciendo su distintivo movimiento de caderas y piernas al compás de su primer éxito en las radios gringas. Cosa que al costado de un “perreo chacalonero” se ve como un jueguito de niñitos. Felizmente que la cumbia ha opacado dicho baile, si se le puede llamar baile.
Pero volviendo a aquella época, la moda que se imponía era nueva. Elvis era uno de los primeros en ser así de “provocador” pues sus movimientos no eran mas que el reflejo de lo que su música trataba. El ritmo sexy de la guitarra y la voz gruesa del cantante eran suficientes motivos para que su baile sea llamativo y provocador. Claro que para nosotros parece muy inocentón.
Algo muy parecido paso en nuestra cultura latina cuando surgió “la Lambada” un baile brasileño con un ritmo súper tropical que reventaba las radios limeñas a comienzos de los años noventa, cuando muchos de nosotros andábamos en pañales. Se hizo famoso por ser un baile muy sensual de pareja y porque a medida que avanza la canción el ritmo se define, con la ayuda de un acordeón, como romántico y sensual, acompañado por una alegre voz femenina. Si no hubiera sido por el video donde se lucia el baile tal vez nunca hubiera tenido tanta polémica, pues en el salían tanto niños como adultos moviendo las caderas “sugestivamente”. Pero en realidad eso justamente fue la manera de proyectar visualmente la historia romántica que narraba la canción en conjunto con los ritmos de los instrumentos que de por si sugieren gran dinamismo.
Los bailes en pareja con motivos sensuales, como el mostrado en el ejemplo anterior, han sido muchas veces criticados, pero esto mismo ha causado su gran popularidad. En las discotecas o en cualquier fiesta se baila salsa, merengue, cumbia, etc. Con una sensación que hace recordar a aquellas canciones, pues a fin y al cabo lo que nuestra música latina tropical hace sentir es casi siempre sensualidad. Si es parte de transmitir ese mensaje, pues no le encuentro problema, obviando los extremos regaetoneros.

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