Bailar no es ninguna actividad del otro mundo.(el chico del video es un ejemplo de esta afirmación) . Pero mucha gente piensa que al no poder mover las caderas como Shakira están inmediatamente excluida de la pista de baile, lo cual obviamente no es cierto. Bailar es una actividad de todos y para todos, pero que tiene un fondo muchas veces olvidado al ser opacado por solo diversión, ese fondo es el de transmitir y representar lo que dice la música y, mas importante aún, lo que se siente a través de ella. Esta es, a mi parecer, la forma artística más ingeniosa y entretenida para hacerlo.
Al desarrollarse en la historia nunca ha variado de motor: el ritmo. Los movimientos conjugados y coordinados en cierto estilo siguiendo los cambios instrumentales o de las voces hacen del baile un arte que visualiza físicamente la música. Es decir, la convierten en una realidad concreta, tanto la letra como los instrumentos pues ya no sólo escuchamos sino que podemos ver y tocar la música. Así sea siguiendo el ritmo de la percusión de una canción de Los Fabulosos Cadillacs o el cambio de melodía de una canción de Ricky Martin, el baile trata de acercarnos a la música mediante nuestro cuerpo. Lo cual nos da la libertad de interpretarla como queramos. No se debe olvidar que muchas veces se opta más por contar la historia (las letras de la canción) a la hora de armar un baile, ejemplos de esto van desde escenas en una obra teatral musical hasta el pasito de “desesperada” de Martha Sánchez.
El baile es una parte indiscutible de nuestra manera de divertirnos los fines de semana, o en las reuniones familiares, o en el gimnasio mientras pierdes calorías o hasta solitos en nuestro cuarto. Una actividad que muchas veces si darnos cuenta, es un relato de lo que escuchamos, nuestra manera de proyectar la música.
Al desarrollarse en la historia nunca ha variado de motor: el ritmo. Los movimientos conjugados y coordinados en cierto estilo siguiendo los cambios instrumentales o de las voces hacen del baile un arte que visualiza físicamente la música. Es decir, la convierten en una realidad concreta, tanto la letra como los instrumentos pues ya no sólo escuchamos sino que podemos ver y tocar la música. Así sea siguiendo el ritmo de la percusión de una canción de Los Fabulosos Cadillacs o el cambio de melodía de una canción de Ricky Martin, el baile trata de acercarnos a la música mediante nuestro cuerpo. Lo cual nos da la libertad de interpretarla como queramos. No se debe olvidar que muchas veces se opta más por contar la historia (las letras de la canción) a la hora de armar un baile, ejemplos de esto van desde escenas en una obra teatral musical hasta el pasito de “desesperada” de Martha Sánchez.
El baile es una parte indiscutible de nuestra manera de divertirnos los fines de semana, o en las reuniones familiares, o en el gimnasio mientras pierdes calorías o hasta solitos en nuestro cuarto. Una actividad que muchas veces si darnos cuenta, es un relato de lo que escuchamos, nuestra manera de proyectar la música.
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