
En la composición, los elementos se cambian, se ordenan una y otra vez, se van transformando para llegar a una solución y/o una creación. Sin embargo, durante muchos años la educación ha persistido en la creencia de que el pensamiento perceptivo es innecesario. Se ha acentuado su función recreativa, alejando sus numerosos beneficios para el desarrollo del niño. De esta manera, los cursos de arte – pintura, escultura, danza, teatro, música- son los que tradicionalmente han recibido menos horas en la currícula escolar. No se toma en cuenta que para elaborar los datos sensorios son necesarias capacidades intelectuales “superiores”, ya que se requiere que la mente vaya de lo general a lo particular.
Es así que la educación ha alejado a los alumnos de las experiencias

Tal vez revertir esta situación sea imposible, pero comenzar la búsqueda de una reivindicación de la función sensorial frente a la función cognoscitiva pueda ayudar.
Alejar los conceptos de inmoralidad, mala vida y libertinaje concatenados a este pensamiento resulta básico para un cambio en la visión de la sociedad.
nice blog
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